Es un viernes, son las 6:39 pm. Buscaba covers de una canción con la que siempre me había sentido particularmente identificada, "Habits". De alguna manera u otra todas con las que me topaba tocaban la canción como si fuera sólo una tonada para hacerse conocer, montándose de la popularidad de ella, básicamente caminando sobre su significado. No me convenció ninguno; no hubo alguno que canalizara el dolor de esas palabras. Ninguna me movía tal como lo hacía la original. Pareciera que me hablaba a mí solamente.
No se como describir la atadura emocional que tengo con esta canción; cada una de las palabras describieron las cosas que no pude yo externar al momento en que me sucedieron. Cuando realmente me puse a escuchar la canción con atención, parecería que la estuviera viviendo. De hecho, ya lo había vivido.
Staying in my play pretend,
where the fun ain't got no end
Rodeada de ambiente de festejo, amigos y desconocidos, el único lugar donde yo me pudiera sentir remotamente viva. Cualquier otra hora del día estaba muerta, caminando. Trabajando, rodeada de colores que no podía ver.
Can't go home alone again
Need someone to numb the pain
En la penumbra de las luces negras, o bajo la amarillenta luz de las calles, en algún patio que alguien puso para albergar gente invitada y acoplada, entre la humareda del cigarro, el olor a cerveza y alcohol y la música a todo volumen para evitar escuchar mis propios tormentos. Ahí me sentía lo suficientemente desinhibida como para degustar de los labios de otra persona. Quien fuera. Con un poco de atracción bastaba para curarme a base de otros cuerpos. Mi terapia era putear, quizá en cierta medida buscaba revivir aquello tan intenso del que desesperadamente trataba de recuperarme lo mas pronto posible. Me distraía, y la canción lo dice mas elocuentemente que yo. Adormecía el dolor.
You're gone and I gotta stay high
All the time
To keep you off my mind
Vacía, pero llena de alcohol. De nicotina. Ahogándome en sustancias que no tapaban el puto hoyo negro, lacerante, sangrando en metáfora, de manera que no pudiera decir a las personas que no vivían mi realidad que sentía que realmente me sentía perecer a diario.
Spend my days locked in a haze
tryin' to forget you babe.
Entre nubes de memorias vagas, de borracheras y chismes de mis pseudoconquistas y vergüenzas, lo logré, milagrosamente. No se si aquello me hizo una persona mas fuerte o mas débil, pero sí que me hizo tener una vívida experiencia. Conocí los extremos de las emociones humanas. Estuvo (como se dice coloquialmente) cabrón.
Y sobreviví, como muchos lo han hecho ya. Nada fuera de lo común; solo mi cielo se caía, el mundo seguía bien y regresé a el pronto. Reviví con el tiempo. Volví a ver los colores.
A veces pienso en ese momento de mi vida. Mi alma esta en manos cálidas, ahora— nunca me había fijado en la mezclas de colores en los ojos de alguien, en la belleza de apreciar y de enamorarse de la completitud y la realidad de alguien, en lugar de la romantización y la imagen vaga de la persona en mi cabeza, que me terminó lastimando por estar tanalejado de la realidad. Quizás esta nueva perspicacia se lo debía a esta vivencia.
El sentir que me evoca esta canción es como una memoria táctil, interior. Al escucharla no me acuerdo de alguien sino de algo (una serie de emociones), y de mí. Oír otras versiones que obviamente no toman en cuenta el significado de la canción simplemente me parece injusticia.
Ahora entonces solo me queda escucharla una y otra vez porque ninguna explica lo que quiere decir como la original. Luego me hartaré y no volveré a escucharla hasta que coincida con ella en algún lugar de baile, pendiente de hacerme sentir aquel vestigio de melancolía que solía evocarme, para hacerme sonreír acordándome que ambas sabemos exactamente de qué trata y verla ahora como el pasado, ya no algo que me caracteriza. Fué y (con suerte) ya nunca lo será.
Escucharla es mi reivindicación del enamorarme (y ahora me enorgullezco de hacerlo bien). ~
indian girl without bra
Hace 7 años