jueves, 16 de mayo de 2013

The Mysterious Ways

La complejidad del cerebro humano es una belleza de contemplar.


Es curioso como se produce la inverosímil cuando pensamos de nuestro cerebro, que a la vez hace que pensemos, de él mismo. Un órgano, pulsante y gelatinoso, tiene ese poder. Es curioso porque, nosotros no tenemos un cerebro. Somos un cerebro. Varios cerebros moviendo estructuras de carne para interactuar con otros cerebros, dándole personalidad propia a los tejidos que controlan. Y aún así, de alguna manera funcionamos con el mismo sistema, pero no hay copia idéntica una de otra. Impresionante.

Y es así como cuenta este cerebro su relato, al rato de ser encendido después de ser apagado por unos cuantos minutos. No hablo del cerebro, en sí; sino que del camino del edificio del que venía a éste donde escribo ahorita, apagué mi persona. Solo fui un homínido caminante, sin pensamientos, solo un lugar específico a donde ir, solo instintos y respiración.
Porqué, se preguntan ustedes, habría de arriesgarme a chocar con algún otro homínido o algún poste particularmente atravesado por no pensar? Mentira, no piensan eso, piensan que realmente no puedes apagar tus pensamientos. No son sustancia, no se pueden simplemente remover o suprimir. Y eso es cierto, pero supongo que con suficiente voluntad te puedes echar una siesta de razonar y ser solo homo, sin sapiens. (sin albúr) 

Venía de aquel edificio donde suponía yo que un examen sencillo podría organizarme mejor las ideas; un examen vocacional. Esto incluye análisis de personalidad, habilidades, y luego al final las opciones profesionales, siendo mi meta la última. No creía que necesitara saber mucho sobre la primera, según yo la conozco como libro memorizado, al pie de la letra –cambiante, sí, pero definida–. La segunda sí afecta un poco, no he tenido mucha experiencia desarrollando habilidades en varias áreas, quizás hay habilidades que no conozco, pero igual al final se pueden desarrollar con suficiente práctica, como dijo la examinadora. La tercera— ahí si, no tengo idea, sigo sin tener idea. 

Lo tomé porque sinceramente quería estudiar en otras áreas aparte de la que estaba estudiando ahorita, pensé que quizás había un lugar mas apto para mi en otro espacio, donde tuviera aptitud e interés. Quizás no sería una decisión tan desorientante si tuviera un área en específico o varias áreas similares, pero, tengo gustos en todos lados. (de nuevo, sin albur)

Creo que en contraste con el primer párrafo de la entrada, problemas tan superficiales como éstas son comédicos para el poderoso cerebro. Quizás la intención original de la evolución de los humanos no era que sus problemas más duros fueran "que tipo de conocimientos dejaré que se me instrumente para estar al servicio de otros cerebros, con lo que obtendré pedazos de hojas de arboles con lo cual podré intercambiar por lo esencial para mi supervivencia, más otros objetos". Pero igual, nos ponen a nosotros, sus marionetas huesudas, en varios aprietos con sus decisiones difíciles. 

No es, tal vez, la decisión difícil el enfoque de nuestro crecimiento. Es parte de, pero es un solo segmento de lo que es la selección natural. Estas son parte de un plan mayor. Metafóricamente hablando, tratemos a las batallas de las guerras; unos contra otros para obtener un bien mayor. En una esquina, tu corto periodo de vida, en la otra, tus expectativas más allá de la vida, las ideas. No es quien gane, sino la batalla lo que importa.
No hay independencia sin fuego, no hay razón sin el árduo desarrollo del pensamiento. No hay pensamiento superior sin batallas interiores.

Y es muy curioso. Este cerebro reflexiona que los cerebros buscan evolución por medio de la revolución, de ellos mismos. Increíble, cómo un órgano que lleva consigo un sistema immunológico que pelea día a día para mantener vivo el saco de carnes movientes. Mismo que el cerebro busca autodestruir si no supera las exigencias de la evolución. Y esta vez no se pasan los atributos superiores por medio de los genes; no, ahora se pasan mor medio de las ideas. Esas que ni siquiera son sustancia, son mas poderosas que el ADN con lo que fue posible su existencia.  Esas que sobreviven mas allá de la vida del cerebro que las produjo, que no están limitadas por ni dependen de secuencias genéticas y reproducción.

Ahora, a contrario de antes, cuando eramos rudimentarios homo erectus que buscaban solo comer, refugio, reproducirse para perpetuar la especie y protegerse de depredadores. En aquel entonces no era lo mas necesario saber, sino existir.
Hoy existimos para saber. 

Y sabemos. No somos la especie homo sapiens por aprender a cazar. Pero sigue algo superior, algo mas que la supervivencia, y algo mas que la simple sabiduría, algo que no conocemos ahorita, por nuestras detrimentales limitaciones corporales, porque estamos solo al 10% de lo que puede ser el cerebro. Y el cerebro lo sabe, por eso sigue algo diferente. Por eso ahora luchamos por ideas, por eso damos nuestro cuerpo por ellas, porque estas sobrevivirán mucho más allá de lo que nuestro tiempo limitado de vida nos presta. Porque os cerebros saben lo que hacen; como un buen juego de ajedrez, saben qué hay que sacrificar para llegar a la meta. La meta, siendo, el siguiente escalón de la evolución.

No somos personas. Somos cerebros buscando una especie superior. Increíble.

¡Jaja! Malditos órganos ingratos.~


lunes, 6 de mayo de 2013

Talk to the hand

Creo que mis manos son perfectas. No, no lo creo, lo sé. Hasta ahorita no he conocido manos mas perfectas que las mías; y quizás no lo son, pero amo mis manos, y me amo, y apestas tú porque no te amas como me amo yo.

Lo siento, tuve que tener ese mini momento de narcisismo. Dirán que tengo una especie de fetiche con las manos, pero no se si la palabra correcta sea fetiche; al fetiche siempre lo asocio con el sexo, y no digo que las manos no sean algo que puede que disfrute cuando la ocasión lo merezca, pero no es un fetiche. Simplemente... vaya, cómo explicarlo. Son mis "vaya que bellos ojos tiene" de la persona que me atrae. Obviamente, lo que me atrae de la persona no solo son sus manos. Rara vez veo un par de manos tan perfectas como las mías. Metafóricamente, como diría la gente que no ha encontrado su media naranja, no he encontrado mi segundo par de manos perfectas con cual entrelazar las mías. Pero eso es secundario.
Claro que me he arrejunta'o con personas que me atraen. Y también con los que me atraen físicamente. Y también con los que me atraen por ambas áreas  Y también los que tenían buen trasero,  pero eso duró muy poco (se le aplanaron, pobre). Pero bueno, ni que decir; todos esos se desmoronaron, sea por el tiempo o porque no hubo ese nosequequequeseyo. Y no, tampoco tenían manos perfectas, un claro signo que no iba a ser para siempre.

Pero, ¿realmente nos quedaremos para siempre con los que saldremos de jóvenes?  Y si no estamos completamente enamorados, ¿para que insisten en querer tener pareja 24/7?
Mi disputa no es con los que son jóvenes y salen por salir a buscar el amor. Mi pregunta sólo es si es necesario para nosotros; si es lo que realmente queremos.
Ya pasamos esa estapa de la evolucion donde era prioridad reproducirnos; las cosas han cambiado. Hay algo que nos presiona socialmente a buscar estar en una relación  eso nadie lo niega. Es igual que los mensajes con los que nos bombardea siempre los medios de estar delgados guapos y cubiertos de Old Spice; también nos dicen que somos bien losers si estamos solteros. Pero eso es el 50% de lo que nos preocupa; el otro 50% somos nosotros queriendo querer. Si tiene sentido, pero porqué? XQ xq xQ Xq

Entiendo que quieran su media naranja, pero la fruta solo es el 30% de la pirámide alimentaria. (Literal y metafóricamente)

Y tal vez sea yo y mis irritaciones, y en el fondo quisiera ser una persona simple, de amor a primera vista, amante de los clichés. Que envidia me dan los que se enamoran todos los días. Solo me da cosa que se creen las relaciones por no querer estar solos. Por experiencia sé que son experiencias vacías. O no lo sé, hay quienes si se clavan profundo; pero no hay mal en querer estar soltero. No es una vendetta personal por dolores de relaciones pasadas, no es una rebelión contra los que se quieren. Hay belleza en el amor compartido y hay belleza en el amor a sí mismo, y quisiera que fuera más reconocido.

Quizás es solo que postear fotos intercambiando fluidos con la pareja no sea lo mio; yo me quedo conmigo misma y mis manos perfectas.


 
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